Luego de la agresión que padecieran los trabajadores de Tiempo Argentino en la madrugada del lunes, los trabajadores están abocados a la tarea de recuperar los sistemas operativos que tenían “porque los daños han sido brutales” dijo Julia Izumi, responsable de la sección política del diario Tiempo Argentino en diálogo telefónico con primerafuente.
Izumi dijo que la fiscal contravencional, Veronica Andrade, está llevando adelante las actuaciones de la causa. En tanto los empleados decidieron poner una guardia permanente de trabajadores en la empresa. Abundó que se realizaron reuniones en el Ministerio de Trabajo de la Nación los trabajadores de la cooperativa a los efectos de poner al tanto de lo sucedido y sostener los subsidios. La periodista de Tiempo Argentino contó que ellos no tienen en claro quiénes fueron los autores materiales que llegaron comandados por Mariano Martínez Rojas pero presumen que como el ex propietario está vinculado a la realización de espectáculos es probable que haya sido gente que trabaja para él en ese rubro.
Cuando se le requirió sobre el estado de salud de quienes fueron víctimas de los vándalos, Izumi dijo que están bien pero que aún la afectación emocional está presente en ellos y en el resto de los trabajadores de la cooperativa.
Posteriormente agregó que Martínez Rojas está imputado en siete delitos incluso por el propietario del inmueble donde funciona el diario por una deuda de alquileres de 10 meses y que en esa causa también están implicados los miembros de la cooperativa en razón de que son los que lo ocupan.
En tanto en la página digital del diario en una de las notas que hacen referencia al hecho el presidente de la cooperativa, Javier Borelli, advierte que se está logrando “sacar el diario a la calle y defendiéndolo de los que nos quieren sacar”. Su discurso enumera un glosario de impunidad que comenzó el tridente Szpolski-Garfunkel-Richarte, y continuó Martínez Rojas, sin haber probado jamás la compra de la empresa. Algo debe quedar en claro ante los demás periodistas: no fue un desalojo a los integrantes de Tiempo Argentino. Fue una usurpación de patovicas liderados por Martínez Rojas con un supuesto aval incomprobable porque no tiene contrato de alquiler alguno.
Julia Izumi concluyó contando que “fue la tercera vez que Martínez Rojas intentó ingresar por la fuerza al edificio explicó que los 20 patoteros tuvieron un objetivo planificado: que el diario deje de salir. Por eso atacaron la oficina de administración de la cooperativa, y fueron directo a la de Sistemas. Destruir los servidores, quitar los cables de las conexiones. Silenciar.
La Asociación de Prensa de Tucumán repudió la terrible agresión que sufrieron los compañeros de Tiempo Argentino, y exigió una rápida respuesta de las autoridades políticas, las fuerzas policiales y la justicia para investigar y sancionar a los patoteros que irrumpieron en las instalaciones de la cooperativa de trabajo.